viernes, 5 de febrero de 2010

La voluntad de las sombras.

Todos los días las sombras esperaban movimiento voluntario, cada una sospechaba que algún día llegaría, una se preguntaba si la luz, después de tocarla le otorgaría voluntad; pero la luz no pensaba en ellas, y la sombras no se daban cuenta que sin saberlo la luz les regalaba movimiento, las sombras no pensaban en si mismas, no imaginaba ni siquiera su propio baile que cada día era seguro; la luz sin saberlo les regalaba figura a las sombras, y el tiempo les regalaba posiciones cada segundo, pero las sombras se seguían sintiendo inertes y en la espera de una voluntad que ya tenían, desperdiciaron su tiempo pensando que esta no existía y deseando tenerla se perdieron en un sueño que ya sucedía.

1 comentario:

Fernanda ARce dijo...

Felicidades, no me queda màs.