miércoles, 26 de enero de 2022

Nos mudamos de sitio

 
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viernes, 15 de noviembre de 2019

Tres puntos suspensivos tienen tus ojos. Detenidos en un tiempo donde no nos conocíamos ¿Cómo puedes quedarte inmóvil sin decir nada? ¿Cómo no puedo yo ser indiferente a nada? Cuanto más rápido camino no te quiero dejar atrás, No quiero perderte. Lo que pasa es que no me veo empujándote, jalándote de la mano para que no decidas lo que no quiero que te duela. No es mí deber ayudarte, tampoco quererte, tampoco escucharte. Nada de esto debe ser un “deber” Solo quiero abrazarte y que se te caigan las penas, pero nada de eso depende de mí. Espero no destruyas lo que alguna vez me escribiste, que no te tortures pensando que no te quiero. Porque te quiero y te quiero bien, te quiero ver florecer, crecer y romper lo que algún día te oprimió el pecho. Como me gusta cuando te quedas pensando, Cuando dices cosas que no esperaría que dijeras, Cuando no cuidas tus palabras.

Ausencia

De bosque se te han llenado los ojos. Acá Llueve y huele a desierto. A murciélagos besándose en las flores de los cactus

jueves, 14 de noviembre de 2019

¿No sabes que puedo cuidarme sola? ¿Que he caminado más que tú por las calles pensando en mi existencia? ¿Qué sabes de cuantas veces me he ido por mi propia cuenta?, y si, SOLA Soy menos frágil de lo que crees Soy menos miedo de lo que tú tienes de enfrentar las cosas.

martes, 12 de noviembre de 2019

Verde hoja

Negros y rasgados ojos de hoja, árbol alto que se moja con la lluvia. Mantis cuelgan de tu cabeza tintineando en una noche sin luna. Me resuenas en la sombra con el canto de tus grillos, Con la conversación de tus ramas y el viento. Evocas en mi un olor a fruta con vainilla. Inevitablemente te conviertes en el sueño. Morder el húmedo borde de tu boca. Pienso en mango, En mamey, En el horizonte bifurcado de tu pelo, En raudales que se escurren por en medio de mis piernas.

jueves, 15 de mayo de 2014

Brote de hojas duales

Cimbrar y caminar al mismo tiempo es la muestra de tan precisa agonía la de tener el plexo abierto, o tan fatal la hermosura de mirar y sacudirme ante tal descubrimiento. Pues son dos cabezas que salen de mi cuello y siete ojos que salen de mis senos, son tan fugaces y voladoras las delicias de la indecisión, que prefieren callarse las flores que cuelgan de los arboles para que yo pueda contemplar lo que para algunos pudiera ser una blasfemia. Y la indecisión se muestra como pena y quiero zurcir mi pecho para que no entre el viento, ni los ojos del sol, porque siento miedo del susurro cierto e incierto de mirarme desgarrada, pero el miedo no lo es todo, y recuerdo que si no contemplo mis adentros no podrán brotar ni espinas, ni pequeñas semillas, ni grandes frutos.

miércoles, 10 de abril de 2013

Tengo ganas de matarte.

Tengo ganas de matarte y deshacerte con los dientes y las manos, si pudiera te volteaba al revés la carne, si pudiera también te arrancaría la cara... Si fueras arena te apretaría tan fuerte hasta cortarme las manos... Te bebería tan rápido hasta acabarte, te olería tan fuerte hasta desaparecerte... Mordería tus entrañas si pudiera, te miraría tan fijamente que te absorbería con mis ojos encerrándote en mi iris, quiero desaparecerte dentro de mi vientre, dentro de mi boca y luego quiero hablarte... Tengo ganas de matarte...de matarte en dos sucesos sangrientos y deliciosos, mascarté y que te escurras por mis piernas, por el centro de mi cuerpo, quedarme con tus labios y tus cabellos en mis manos, y tirárselos a los perros y a los gatos que habitan en tu casa...