Cinco serpientes con cabezas humanas
Un cruce por el camino que parece interminable
Las serpientes no tienen ya el brinco, no lo entienden.
¡Grita! Palabra ingrata.
¡Acciónate! Tremendo cuerpo débil
Encamíname.
Ya observo pasar migajas de seres mentirosos,
Migajas de mí en otros.
Me quiero morder la lengua por habladora
Y también callar el borbotón de rosetas de mi rostro
¿Nunca terminar nada?
¿Para eso estoy?
¿No puedo ser algo ahora?
-yo pido mucho porque soy varias, quienes me hablan y distraen son la misma. Soy yo, aquí y ahora.
Sin embargo no entiendo nada de mí y por un tubo se me sale el aliento.
¡Contradicciones! Las amo y odio.
¿Porque nada parece satisfacerme?
Ando devorando a los osos de otros bosques
Ando perdiendo a mis pajarracos enjaulados
Y como quisiera a todos atraparlos en un puñado
Que mi mano creciera para arrancarlo todo, poseerlo, metérmelo a los oídos, a la boca, al vientre.
Después se me dificulta la organización, hago cosas que no tengo que hacer, no hago nada, luego varias y nada termino.
¿Porque de animosa y hacedora en algún momento?
¿Porque después se marcha la gana?
-me quede estática como ya otras veces me ha pasado y solo me atrevo a escuchar el murmuro de esa caja con grasa envenena niños; y ahora ya me dio la gana hablar de ella y ni siquiera termine esto.
Que vaga,
Que cambiante,
Es una ley. Eso parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario