jueves, 15 de mayo de 2014

Brote de hojas duales

Cimbrar y caminar al mismo tiempo es la muestra de tan precisa agonía la de tener el plexo abierto, o tan fatal la hermosura de mirar y sacudirme ante tal descubrimiento. Pues son dos cabezas que salen de mi cuello y siete ojos que salen de mis senos, son tan fugaces y voladoras las delicias de la indecisión, que prefieren callarse las flores que cuelgan de los arboles para que yo pueda contemplar lo que para algunos pudiera ser una blasfemia. Y la indecisión se muestra como pena y quiero zurcir mi pecho para que no entre el viento, ni los ojos del sol, porque siento miedo del susurro cierto e incierto de mirarme desgarrada, pero el miedo no lo es todo, y recuerdo que si no contemplo mis adentros no podrán brotar ni espinas, ni pequeñas semillas, ni grandes frutos.

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