domingo, 24 de junio de 2012

Carta para: Ser

Te estas estirando por dentro, casi revientas esa liga que hace los pensamientos, tuve miedo varias veces de llamarte por tu nombre, tuve miedo porque temía un gran reventar que me rebotara, y que en la cara me estallara el reflejo distorsionado de mi vida, distorsión que me importan porque eres tu... te vi perdido de mi, por el parloteo de todos los carros que se atravesaron, de toda la gente que nos busco, de lo mucho que dejamos de hacernos caso, de lo mucho que nos alejo quien sabe que ¿el pop? ¿la política? ¿las minas?... a ciencia cierta no se que  pudo haber sido, y según yo, creo que no puede ser otra cosa que algo invisible que se llama ideas, que se llama hermetismo, que se llama miedo también, que a lo mejor ni nombre tiene.


Y te extraño tanto siempre, y me miro y eres tu , y te veo a lo lejos y se que no te entiendo porque no me dices ya nada, de como vez el mundo, y cuando me dices o te digo nos cuestionamos tanto que nos terminamos ¿repudiando? ¿ asqueando nos de ver que cambiamos y no estamos de acuerdo en todo como antes?

Y luego yo ya no busque tu decir, desde aquella vez que me soltaste una cachetada celosa, de tu creencia sobre mi vida que siento maravillosa.
 hoy sigo sin entender la falta de respeto y pensé mucho en el tiempo en que nunca nos peleábamos y hacíamos mil cosas juntos, pensé en la complejidad de los tiempos en el cuerpo, en esas cosas del crecimiento, la "madurez" en el desprendimiento y acumulamiento de ideas.

 Me hablaste de tu punta de iceberg vital, sentimental, que quieres ser escuchado, amado, de soledades me hablaste...en este momento mi función es escucharte, acompañarte, porque te amo siempre. pero eso si, hay que aclarar las cuestiones del respeto.

2 comentarios:

Sol dijo...

Definición de impersonal

Ana Isabel Razo Zaragoza dijo...

el "mi" lo vuelve personal...