martes, 20 de octubre de 2009

El plástico de los viejos lentes.

Los lentes fueron encontrados escondidos en el cuarto de a lado; pero nosotros, siempre somos los dos que creemos que todo puede ser mas bello.

:-¡La carne de pequeño plástico duro me hace quebrarme el ímpetu! También no querer dejar de destrozar.

Aunque el móvil de carne y hueso dijo que no funcionaria, intentamos con los dientes de metal.

:-Nunca las herramientas fueron para mí la maravilla; eso es porque mis manos nunca las probaron. Ahora el plástico de los viejos lentes se ha quebrado. Sin llorar se adelanto su partida.

En este momento mi numero uno bilateral natural se luce con los viejos lentes; ya el plástico que detenía su belleza a muerto.

La emoción por algo viejo nunca fue tan placentera.

:-A mi me supo a triunfo sobre lo físico. A ti te causo sonrisas el trabajar en binas...siempre hemos sido un buen par.

Fue entonces cuando descubrimos el querer de un espacio para la creación; porque fuimos como primates familiarizándose con la manera de hacer más fáciles las cosas, y también, que de esa forma, tu y yo queramos intentar acciones para lograr lo que ocupamos.

:-Estoy pensando buscar un cubo para la protección de nuestras creaciones de las manos, quiero empezar a formar mis propias estancias, es importante porque siempre lo hemos buscado en el exterior de nuestros comportamientos cotidianos, y es por eso que siempre estamos fuera de casa, intentando plasmarnos en los amigos y las multitudes.

Los lentes viejos fueron los culpables de esta manadita de condiciones; y una vez que se metió la madeja de ideas pretendimos planear sacarlas a la acción, aventarlas con las manos, con la boca, con los ojos abriéndolos y cerrándolos al compás de las palabras.

El solo crujir del plástico transparente nos tomo de la mano para divagar con el futuro. El crujir nos dijo también que teníamos que intentar con nuevos instrumentos transformadores: segueta, navaja, clavo, martillo, serrucho, presión y medidas.
:-Después de tocarlas y transformar con ellas, mi pasión por el derrumbe de colores cambio repentinamente a querer hacer construcciones casi andantes; y si tú lo quisieras, la corporalidad expulsiva con la que transmites y plasmas se pudiera ver estática y explosiva. En un objeto muerto se plasmaría la vida tuya.

después de pequeños descubrimientos simples y de rupturas plásticas, caigo en el espiral de nuestra vieja amistad, que empezó como los lentes escondidos; ocultos estábamos de nosotros, y un día al conocer nuestras zumbadas cabezotas la vuelta del diario se transformo en algo que luce en nuestras caras (lo cotidiano se vuelve hermoso si sabemos encontrar los puntos luminosos) y no porque llevemos los lentes puestos que entre los dos ayudamos a mejorarse, si no porque se refleja la imagen de la buena andanza tuya y mía, y tan grave es, que hasta los gatos dormilones se dan cuenta. Se ve lo bien compartido de la compañía mutua.

El plástico de los viejos lentes nos recordó que tú y yo somos, de todos los pares creadores, el que más se quiere y se agrádese su rencuentro en esta vida.

Para: Sergio

No hay comentarios: