Cuando me mire por debajo de la hoguera
oxidante de las represiones y corazonadas,
yo no dude en pensar
que de cualquier camino de emociones salga algo puramente desmedido,
ya sea palabra o lamento,
riza sosegada y sin sentido;
Y como todo:
Dando vueltas.
Y por las noches
amarrada a una cama y a un cambiante compás entrometido.
Hay días si, hay días no,
Hay días fruta, hay días ave,
Hay días sol, hay días carne;
Y parada en el centro también hay días,
Y enterrada en las personas igual.
Ancla de cochinas manías se vuelve la mujer,
el hombre.
Ay que cosa,
Que reproche basuriento
con las mejillas tan parduscas.
Y oloroso es el bulbo de remilgos
que no dejan dormir.
Que hace al hueso occipital la efervescencia
sin ser efervescente.
Cuantas horas contempladas
para unos simples parrafitos,
que se añaden de repente en forma de letritas,
Para poco.
Para breve.
Para lo mismo.
Y para algo tan coherente como tonto.
Para un sin sentido relevante.
Para decir algo que nadie entiende y a todos pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario